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El Karma

El Karma

La expresión “karma” proviene del termino sánscrito “karmán” que significa ‘acción’. Es la Ley de la causa y del Efecto, como dice el Kybalion, “Lo que es arriba es igual a lo que es abajo”, o lo que es lo mismo; cuando provocamos un pensamiento o una acción algo estas desplazando con ese acto en algún lugar del universo que provoca un resultado en alguna parte o en nosotros mismos. Todo lo bueno o malo que hacemos durante una vida nos traerá un fruto, unas consecuencias, sean buenas o malas en esta vida o en las vidas sucesivas. En el hinduismo y en el budismo, el karma implica tres factores de reacción evolutiva frente a nuestros actos…

  • Las palabras
  • Los pensamientos
  • Las acciones

Lo que pensamos acaba creando un comportamiento en nosotros y una acción en el mundo exterior, y no se puede escapar de este hecho, es una ley universal. Cuando venimos encarnados a este mundo con figura humana traemos unas tareas pendientes de la vida anterior que no supimos concluir, y que continuaremos trabajando en esta, y lo haremos solos, porque es un trabajo personal, y deberemos –por decirlo así- “rendir cuentas” al final de nuestra encarnación presente de nuestras próximas acciones. Pero recordemos que somos muchos alumnos en la escuela de la vida, así que muchas veces también haremos esos “deberes” acompañados, porque hay personas que también tienen sus tareas personales con las que tenemos predestinado coincidir para aprender mutuamente unas de las otras. Hay personas que se conocieron y amaron en el pasado y vuelven a coincidir ahora la una por la otra. Podemos volver a ser amantes de la misma persona, o puede que no, puede que quien ha sido padre, ahora quizás le corresponda ser hijo. Hay personas con las que no nos llevaremos bien porque tenemos destinos opuestos, tareas distintas, asuntos inconclusos mutuos de otra vida anterior, y volveremos a chocar en esta de nuevo, resolviendo ahora nuestras diferencias o no. Hay personas que nacen con “dones” para utilizar correctamente en esta vida, o por lo menos eso es lo que deberían hacer. Hay quien nace con el don de la palabra, pero hay personas que nacen con el don de la artesanía, crean obras de arte con todo lo que tocan con sus manos. Hay quien nace con el don de la belleza ¿Cómo lo utilizara? Hay quien nace con el don de la sabiduría ¿Cómo utilizara ese conocimiento? Hay personas que nacen ya con un Karma muy evolucionado y se lo notamos, han evolucionado mucho y cuando entramos en contacto con ellas recibimos sus vibraciones de sabiduría, amor, tranquilidad, experiencia o respeto.. hay otras sin embargo que nacen con oscuridad.

Tenemos cosas que aprender y resolver

Dos hijos pueden crecer en el mismo ambiente, tener la misma educación una familia extraordinaria y unos estudios fantásticos, Pero uno de ellos ser una mala persona desde el principio, rebelde, egoísta o cruel, y el otro comportarse como un Ángel y ser incapaz de hacer daño a nadie. ¿Cómo podemos explicar esto? Porque tenemos destinos diferentes, experiencias diferentes, deberes y aprendizajes distintos para cada caso.

Comprender el Karma consiste no en perder la calma cuando hay problemas y no tenemos una vida cómoda, el karma consiste en tener la auto consciencia de saber lo que esta ocurriendo y comprender para que nos sirve para sacar el mejor provecho de esa experiencia o de esa situación para intentar mejorarla o superarla. También comprendemos porque hay personas a las que aparentemente todo les va bien pero no son buenas, y hay otras que son muy espirituales a las que no les paran de llover todo tipo de problemas. Dependerá siempre de caso, de cada tarea, del motivo para sacar un provecho de esa experiencia. Todo son finalmente aprendizajes en cualquiera de los casos anteriormente mencionados. Quien es egoísta tendrá un resultado que no se espera, y quien se comporta lo mejor posible tendrá finalmente su recompensa… cómo dijo Jesucristo “Recogeréis lo que estéis sembrando”

Vidas pasadas vídeo

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En ocasiones nos encontramos con bloqueos en determinadas áreas o aspectos de nuestra vida que a menudo obedecen a experiencias vividas en nuestro pasado incluso que pueden remontarse a vidas pasadas.

Descubre a través de este oráculo que tipo de vida viviste en una encarnación anterior que está afectando al problema que estas atravesando.

¿Tal vez te cuesta relacionarte con la gente? ¿Tal vez te cuesta tener una relación sentimental estable? o ¿Te cuesta tener una economía equilibrada?

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La Rueda Kármica

El Karma ha preocupado, desde hace tiempo, a muchas personas. En las antiguas filosofías del Asia Oriental aparecía este concepto relacionado con una rueda; como si ésta sujetara a la persona a un círculo por el que obtendría unas cosas, u otras, en función de su giro.

Esta representación no es más que una imagen de nosotros mismos, y de nuestras acciones. Somos nosotros los que, en realidad, hacemos girar esa rueda hacia la derecha o hacia la izquierda; puesto que nosotros somos siempre los responsables últimos de aquello que nos sucede.

Sin embargo, un hecho poco conocido es que el Karma es algo negativo, es la acumulación de energía e influencia negativa a nuestro alrededor generada por nosotros mismos. Es por ello que, aunque no sea tan conocido, también existe el Dharma, la acumulación de energía positiva.

El Karma y el Dharma

De este modo, cuando nosotros realizamos buenas acciones, con buenas intenciones, ponemos en marcha la rueda del Dharma que va a girar a nuestro favor y va a favorecer el que nos sucedan cosas positivas en un futuro. Por contra, cuando nos movemos por sentimientos egoístas y obramos malas acciones con los demás, ponemos en actividad la fuerza contraria, el Karma.

Así, nuestra rueda particular se puede encontrar girando algunas veces hacia la derecha (Dharma) o hacia la izquierda (Karma). Cuanto más “impulso” consigamos dar hacia un lado, o el otro, mejor o peor nos van a ir las cosas. Es por ello importante tratar de desarrollar un comportamiento sano y equilibrado, no solamente con los demás sino también para con nosotros mismo. Debemos pensar que, al fin y al cabo, nosotros seremos siempre los últimos beneficiado o perjudicados por todo aquello que hagamos; así que todo lo bueno o malo que hacemos lo hacemos también para nosotros mismos.

Hay algunas ocasiones en las que nos puede parecer que, pese a todo lo que hagamos, algo no termina de ir bien. Entonces uno debe plantearse dos posibles opciones: la primera es que quizás él, de algún modo, se esté obstruyendo a sí mismo sin saberlo, o no esté haciendo las cosas tan bien como en un principio se pudiera pensar. En segundo lugar también existe la posibilidad de que el Karma que se esté acarreando no sea solamente de la vida presente; sino de una vida anterior.

En las antiguas filosofías orientales, del mismo modo que en las occidentales, se creía en la reencarnación del alma, tras la muerte, en otro cuerpo. La nueva vida iría en función de los méritos y los logros de la vida anterior.

No debemos olvidar que el Karma es, en realidad, un aspecto de lo que los hermetistas conocen como la Ley de Causa y Efecto. Éste Ley es una de las siete que rigen todo el universo, por lo que tiene la capacidad de transgredir toda idea y concepto de tiempo. Esta ley actúa sobre nuestra alma, y es lo que permite que acareemos virtudes o defectos de nuestras experiencias pasadas.

No obstante, no debemos preocuparnos si éste fuera nuestro caso. Del mismo modo que un día esa rueda la hicimos girar hacia la izquierda podemos volver a hacerla girar hacia la derecha con nuestro esfuerzo y nuestra voluntad.

Una de las herramientas que sin duda se torna imprescindible para ello es la Llama, o Rayo, Violeta; por medio de la cual vamos a poder transmutar ese cúmulo negativo que podamos tener en nuestra contra y que, de otro modo, deberíamos subsanar a través de la experiencia terrenal.

Es muy importante acompañar esta actividad de unos pensamientos, emociones y acciones equilibradas. Si actuamos así veremos pronto los resultados obtenidos al darle la vuelta a esa rueda del Karma.

Por último recordar que no debemos preocuparnos por nuestro Karma más allá de lo necesario, ya que si sabemos que somos nosotros los que lo hemos generado, al mismo tiempo tenemos el poder de deshacerlo y convertirlo en un Dharma positivo para nosotros.

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